Para los santafecinos, julio es sinónimo de teatro, ¡mucho teatro! El 19 de este mes finalizó la onceava edición del Festival de Teatro de Rafaela que tan bien sabe darle una cálida bienvenida a todos los amantes del teatro incluidos actores, directores, periodistas, críticos, técnicos y espectadores.
Todos están de acuerdo en que el objetivo es uno: celebrar este arte tan noble en su máxima expresión. Por eso a diferencia de una simple agenda de teatro anual, los festivales favorecen el encuentro, el diálogo, el contacto humano y el intercambio de ideas. Todos se sienten parte de un mismo proyecto, entonces es posible que los críticos y elencos se queden debatiendo en un bar o que los directores develen el proceso de creación de determinada obra.
El festival propone satisfacer todos los gustos y abraza a las propuestas disímiles. Se presentaron más de 32 espectáculos y se realizaron aproximadamente 70 funciones. Entre ellos hubo obras para grandes y adultos, se lucieron actores consagrados y amateurs, se realizaron funciones al aires libre y en espacios cerrados y se presentaron obras de dramaturgos reconocidos y de otros que recién empiezan.
La programación incluyó obras del teatro off porteño, algunas que ya te recomendamos como la detsacada Piedra sentada, pata corrida de Ignacio Bartolone, La Sala Roja de Victoria Hladilo y Doberman escrita y dirigida por Azul Lomabrdía con Maruja Bustamante y Mónica Raiola. Maruja también se presentó como directora con Un gesto común de Santiago Loza y Mónica Raiola también formó parte del elenco de Lunes Abierto de Ignacio Sánchez Mestre, junto a Martín Piroyansky y elenco.
Otras propuestas porteñas fueron Muñeca de Armándo Discépolo, dirigida por Pompeyo Audivert y Andrés Mangone, La Wagner de Pablo Rotemberg y La Pipetuá 13 años (la edad del pavo) de Teresa Duggan y Osqui Guzmán. La escena local presentó obras como Las Arcanas. Las noches no son eternas de María Eugenia Meyer y Un lazo rojo de Ramino Rodriguez, entre otras.
Hace tiempo que la ciudad de Rafaela dejó de atraer sólo al público provincial para convertirse en un referente cultural nacional. Los franceses tendrán lo suyo, pero nosotros tenemos lo nuestro. Según cifras oficiales hubo 18.000 espectadores entre obras de sala y callejeras. ¡El Festival de Rafaela la rompió!