El pasado 30 de marzo La Fura dels Baus estrenó, en el marco del Festival Justicia/Injusticia de Lyon, su nuevo espectáculo Erwartung & Il Prigioniero en la Ópera de esa ciudad.
El espectáculo está compuesto por dos piezas cortas de música dodecafónica unidas en un solo programa. Un posible diálogo entre Arnold Schoenberg, creador del dodecafonismo, y su primer discípulo italiano, Luigi Dallapiccola. En la primera pieza, Erwartung, una mujer desesperada busca a su amante en el bosque en un monólogo interior que representa el estado de choque y la angustia. Mientras que la segunda de 1943, Il Prigioniero, está basada en las torturas que llevó a cabo la Santa Inquisición a los infieles y, más concretamente, en las falsas esperanzas de libertad que un carcelero da a su prisionero.
Según el director de este espectáculo, Alex Ollé (uno de los seis directores artísticos del grupo), “El centro absoluto de ambas piezas es el cerebro de los protagonistas, cuyo funcionamiento exponen ambas óperas a los ojos del público. Un universo sensorial para Schönberg y un universo simbólico para Dallapiccola”.
En el caso de Il Prigioniero se realizó un gran trabajo de adaptación para actualizarla. En lugar de hablar de la torturas de la inquisición el tema son los abusos sexuales contra niños cometidos por sacerdotes y autoridades eclesiásticas. Un interesante paralelismo entre la tortura y el abuso sexual que se estrena en un momento crucial para la iglesia: la celebración de la Pascua luego de la reciente ascensión del nuevo Papa.
¿El arte le reclama y pregunta a la longeva institución? ¿Será un llamado de atención, de conciencia? ¿Habrá alguna consecuencia al respecto?
Tendremos que esperar; por lo pronto la semilla de la polémica fue plantada, siendo el sembrador dels Baus muy fiel a su estilo.
Para los que no lo conocen, el controvertido grupo de teatro catalán fue creado en 1979 por Marcel·lí Antúnez Roca, Quico Palomar, Carles Padrissa y Pere Tantinyà. Desde entonces su búsqueda se focalizó en encontrar un lenguaje y estética propios y sus espectáculos se caracterizan por la utilización de espacios no convencionales, música, movimiento, aplicación de materiales orgánicos e industriales, incorporación de nuevas tecnologías e interacción con el público durante el espectáculo. Algo a destacar de La Fura es que ha logrado atraer a un público que no suele transitar en lo cotidiano el ambiente teatral.