En esta 11va edición del Festival Internacional de Buenos Aires tuvimos el placer, como siempre, de ver y escuchar un texto de Santiago Loza con la vueltita de tuerca transnacional que la línea curatorial de esta edición propuso en su programación internacional. Así es como He nacido para verte sonreír brindó funciones en el Teatro Regio, dirigida por Pablo Messiez.
Tal vez podemos pensar a Santiago Loza como necesario para cualquier festival que sirva como ventana de Buenos Aires al mundo, ya que es uno de los exponentes de la dramaturgia local contemporánea. Leerlo o ver uno de sus textos en escena es siempre bello por la justeza de sus palabras, su forma clara e inequívoca a la vez que poética de comunicar historias, de armar mundos con gestos, de rodear la situación dramática desde las pequeñeces cotidianas. Esto pasa en He nacido para verte sonreír, que nos muestra a una madre a punto de emprender un viaje para despedir definitivamente a su hijo, a quien perdió hace tiempo por el océano de su propia mente. Este tiempo muerto de espera es todo lo que tenemos: allí se abre el monólogo de la madre a su hijo presente pero ausente, a partir del relato de su día desde que se despierta hasta ese punto al que ¿tuvieron? que llegar con su marido de decidir internar a su hijo.
La bellísima escenografía nos anticipa una idea de la relación que existe entre estos personajes. Al entrar al teatro vemos una cocina impecable y revestida en un color turquesa vibrante, cubierta en lo que sería su exterior por unas ramas que la anidan. El hijo está a punto de ser excluido de esta casa-nido, la madre está dispuesta a quebrar la maraña de recuerdos que los mantiene unidos y sofocados. Sin embargo, hay una intención de intimidad y cercanía que la sala del Regio no contiene ni favorece, y que, por el contrario, hasta logra el efecto adverso de alejar y enfriar la situación dramática para el espectador.
Se agradece que el FIBA, en el marco de producciones de argentinos en el exterior, nos permita conocer a Pablo Massiez en acción. Messiez es un actor y director argentino afincado en Madrid en donde la viene rompiendo y que en esta obra realiza un gran trabajo, en especial, sobre su elenco. Por un lado, Isabel Ordaz, la madre, es una actriz de enorme trayectoria en España, con una disponibilidad actoral admirable que maneja magistralmente la interpretación de lo contenido en el fondo de lo que dice y de lo que no dice. Por el otro lado, como hijo, se encuentra Nacho Sánchez, un joven prodigio abulense en Madrid que viene pisando fuerte en el ámbito actoral de su país y que ha sido galardonado con un premio al mejor actor revelación de la Unión de Actores. El trabajo sobre su personaje sin diálogos, rebalsa en un gran manejo de cuerpo en constante movimiento con picos de energía en situaciones particulares, como cuando prende la radio y con una hermosa presencia y escucha se deja llevar por la música, o cuando rechaza la presencia del bolso que le preparó la madre para su partida.
Lo que tenemos en He nacido para verte sonreír es un micromomento en el marco de una familia de clase alta, presente en muchos signos: la cocina moderna y prolijísima, el vestuario de entrecasa y social de la madre, la presencia tácita del personaje de Laura, la empleada doméstica, a quien convoca la madre con ninguneo desde sus palabras; la posibilidad misma de internar un hijo y la comodidad de la noción “ya no sabemos qué hacer con vos”. En un momento inesperado, la madre propone al hijo escaparse juntos, llevar el nido a otro lado donde nada los separe, y abrir juntos un lugar de veraneo para turistas en el que nadie puede generar vínculos con ellos. Ese podría haber sido el gesto más osado que esta mujer propusiera a su hijo y a su vida ya resuelta. Pero no.
Tal vez sea interesante pensar en este amague de revolución, si se permite la distorsión de algo micro a una lectura tan macro, como crítica a la actitud rendicionista de no animarse a romper lo que mantiene algo en su en la zona de comfort.
Ficha técnico artística
Dirección: Pablo Messiez
Autoría: Santiago Loza
Actuación: Isabel Ordaz, Nacho Sánchez
Dirección musical: Pablo Messiez
Diseño de escenografía: Elisa Sanz
Diseño de vestuario: Elisa Sanz
Diseño de iluminación: Paloma Parra
Diseño sonoro: Nicolás Rodríguez
Producción: Teatro de La Abadía
Coproducción: Ignacio Fumero Ayo
Sala: Teatro Regio
Duración: 90 minutos