Pasamos a dejarlo dicho: esta semana la cartelera porteña tuvo su #FUROR con Miguel Israilevich y Luciano Rosso. Dos talentos de acá que la pegaron allá (del otro lado del charco) y metieron tremenda gira en Argentina. Migue vino de Córdoba e hizo carrera como director. Luciano viene de Tigre, saltó a la fama online con un Dumbash y forma parte de Un Poyo Rojo, obra mimada en Avignon y festejada en muchísimas latitudes. Los dos laburan en Europa, tienen un nombre en la escena internacional, y traen este espectáculo itinerante que agota localidades. Hacía rato no teníamos algo en clave show, de acceso pop pero con una vuelta de tuerca creativa, un cross de teatralidad posta: la lúdica, la instintiva, la mimética. Romper el aplausómetro, birlar la vida viral y traer al teatro un poco de frescura.
