El FIBA continuó generando polémica con la programación internacional que fue variada y ofreció teatro y danza para todos los gustos. La segunda obra del controversial Jan Fabre, Preparatio Mortis, un solo de danza-¿teatro?, sumió al público entero en una percepción muy particular del tiempo, dejando mortis a más de uno.
Sin lugar a dudas el espectáculo que dio de qué hablar fue 32 Rue Vandenbranden, de la compañía belga Peeping Tom, dirigidos por la argentina Gabriela Carrizo y el francés Franck Chartier. La obra fue una contundente masterclass de danza-teatro, le voló la peluca a más de uno y se convirtió en el favorito del público. El Teatro Presidente Alvear estuvo repleto las dos funciones y la repercusión fue tal, ¡que hubo gente que se cruzó el charquito el fin de semana para ir a verlos a Uruguay!
El viernes a la noche el público del Teatro Regio se quedó mudo con Interiors, la obra del inglés Matthew Lenton; aunque con algunas opiniones disímiles, la obra gustó mucho sobe todo por la originalidad de su propuesta. En las charlas post-función, el intercambio con el director fue muy interesante, y más aún en los workshops que brindió en dos ocasiones, para alegría del puñado de avivados que se inscribió con tiempo en esta actividad gratuita.
Durante la segunda semana del festival, se desató la programación de obras nacionales y Buenos Aires se tiñó definitivamente de teatro. Hubo dos obras que se estrenaron en el marco del IX FIBA, por un lado Spam de Rafael Spregelburd, una “ópera hablada” sobe la amnesia y el correo basura, que colmó el Centro de Experimentaciones del Teatro Colón y recibió elogios de todos los frentes. Por otro lado, Rey Lear del siempre bizarro y controversial Emilio García Wehbi, con un pastiche posmoderno de tragedia, comida y castillo inflable; no fueron pocos los que se fueron antes de que terminara y hasta hubo un atrevido espectador que no aguantó la indignación y se acercó al escenario a escupir las tablas en plena función.
Los chilenos sorprendieron con su obra Cristo, que lejos de filosofar sobre religión y otras obviedades, optó por el camino de la representación de la representación de la versión de lo “escrito”. Un juego de cajas chinas que nos hizo reflexionar sobre los límites de la representación, la metateatralidad y hasta la semiótcia, desde el humor y una mirada fresca. Manuela Infante, directora de la Compañía Teatro de Chile, y todos los miembros del equipo dialogaron con el público en la sala del Teatro 25 de Mayo que se llenó de gente jóven y curiosa por conocer más de un proceso creativo tan inteligente y renovador.
La semana siguió con mucho cine gratis, desde la trilogía de la Divina Comedia de la mano de Romeo Castelucci, a Les Guerriere’s de la Beaute una inspiración en Jan Fabre o el favorito definitivo del ciclo de cine: Marina Abramovic: The Artist is Present.
La noche porteña se vistió de cabarulo con las seis funciones de Finucane & Smith’s Glory Box, fue un golpe de diversión y liberación para todos los que colmaron La Trastienda en el barrio de San Telmo. Las australianas trajeron retazos y actos gloriosos de los antros down under, e hicieron explotar en risas, miedos y fuertes emociones al público porteño que quedó maravillado con esta hermosa bizarreada trash.
Los alemanes estuvieron también presentes en la segunda parte del FIBA, esta vez de la mano de la compañía Deutsches Theater Berlin, con su obra Diebe, dirigida por Andreas Kriegenburg. La Martín Coronado del Teatro San Martín estaba colmada de un público hambriento de más teatro europeo, pero las más de tres horas de función dejaron con vida a unos pocos… Sabemos que en estos festivales hay pegadas y garronazos.
Y Castellucci se hizo desear con el estreno de su obra Sul Concetto di Volto nel Figlio di Dio, la expectativa que se fue generando fue enorme. Dejó con más de una prerguntita a los que osaron asistir a una obra polémica y hasta blasfema para algunos retrógrados. Contundente e intensa, dejó una huella imborrable y seguramente, se va a seguir hablando de esto por un largo rato.
Aunque los polacos se sientan olvidados o relegados, nosotros no nos olvidaremos de la furia con la que hicieron estallar la Casacuberta. III Furie de la compañía Modjeska Theatre hizo bailar, enojar y llorar a un público que quedó boquiabierto ante tal intensidad metal punk. Con la imposibilidad de abolir la historia, esta nueva generación de polacos decide ponerse creativa y exteriorizar toda la vergüenza de su pasado, para volverse inmortales. Al menos en la memoria porteña, inmortales talentosos serán.