Esta propuesta multidisciplinaria del dúo franco-catalán Baro D’Evel Cirk Cia, fue una de las perlitas del Festival Temporada Alta y nos permitió explorar las fronteras de las relaciones humanas.
A partir de un virtuosismo increíble que Camille Decourtye y Blaï Mateu Trias ofrecen en escena, este dúo rebosa danza, circo, música y teatro para dibujar los vaivenes del subconsciente en una pareja que intenta encontrarse desde los sentimientos más primitivos. Con el otro, desde el otro, en el otro. Se buscan, se (des)encuentran y seducen. A gritos, golpes, cantos y malabares físicos y emocionales.
Con la maravilla vocal de Decourtye y la fineza de movimientos acrobáticos que pretenden ser torpes pero no pueden eludir la perfección, esta obra deleita y asombra. No es fácil mezclar tantas disciplinas sin caer en el lugar común de convertirse en un simple muestreo de habilidades. Pero este dúo brilla naturalmente, ofreciendo pasión y humor en iguales cantidades. Una búsqueda constante sobre el espacio de un otro al que no se sabe bien cómo acceder, pero que en el hacer se va descubriendo.
Como en la vida misma: prueba y error. Con poco o casi nada de diálogo, los artistas transmiten todo lo imaginable en materia de sensaciones. El cuerpo es su soporte y espacio de interacción mutua. Se trepan, tocan, arrastran, abrazan y no necesitan de mucho palabrerío para entenderse. Todo esta ahí, vibrando. Y ese vacío se llena a los ponchazos, entre el equilibrio y el caos.
Porque como dijo alguna vez Marina Abramovic “La interacción no verbal es la forma más elevada de comunicación“. Será que en el amor, sobran las palabras.