¡Arriba los corazones! Todo vuelve, todo llega, persevera y triunfarás, ponele el dicho que quieras. La posta es que Augusto Fernandes vuelve a dirigir. En brevísimo, llega una obra que tiene todas las expectativas a tope. Agendá: el 22 de agosto se estrena Ojo por ojo, versión libre de Acreedores de August Strindberg en el Teatro Margarita Xirgu, con producción de Paola Lusardi. Pero esto no es todo, calate este elencazo: Sir Federico Luppi, el lord del teatro argentino, Erica Rivas, que, por lo que comentan, se come las tablas… y Darío Dukáh un bombón relleno de talento.
En el mundillo teatral hay un nombre que resuena fuerte desde la década del ’60: Augusto Fernandes. Grande desde su debut a los 5 añitos, mítico desde el ’58 cuando, junto a Agustín Alezzo y Carlos Gandolfo, llevaron a la legendaria Hedy Crilla a enseñarles toda la magia al Teatro Independiente La Máscara. Desde ese momento, Fernandes se convirtió en sello de buen teatro y nadie que se considerara asiduo espectador teatral, dejó de ver sus puestas. Luego de una década noventosa en Alemania, donde por supuesto dejó su huella, volvió a la Argentina a deleitarnos con su talento. Quedan en el inconsciente colectivo sus maravillosas puestas, con elencos de lujo, de obras como Madera de Reyes, La leyenda de Pedro, El Fausto, La Tempestad o La Gaviota, última vez que dirigió en la Argentina.
Desde 1997, Fernandes se alejó de las tablas y se dedicó cada vez más a la docencia. Abrió su propia escuela que funcionó como nicho de nuevos talentos, y hoy sigue dando sus seminarios, considerado por muchos como EL maestro de actores. Groso, sí. Muy. Pero toda la nueva generación siempre lo quiso ver en acción, muchos eramos niños cuando dirigió por última vez y la incertidumbre de su retorno se hizo eco por todos los rincones del teatro porteño.
Ahora tenemos la revancha y nadie debe dejar de verlo. Este va a ser sin dudas el acontecimiento teatral del año.