El Teatro Nacional Cervantes arrancó el 2017 de fiesta. El miércoles pasado, toda la comunidad teatral fue invitada al lanzamiento de la nueva programación, gestada por su flamante nuevo director Alejandro Tantanian.
La sala María Guerrero explotó de gente del nicho, actores, directores, dramaturgos, vestuaristas, escenógrafos y muchos más que compartimos un mismo sentir: “ojalá se logre”. Es que el anuncio de todo lo que se viene fue tan espectacular que aún no lo podemos creer. La idea de un Teatro Nacional que estreche el vínculo con los creadores contemporáneos, con propuestas innovadoras y encima expandidos por todo el país suena casi utópico, sin embargo, eso es lo que se proponen con la nueva gestión. “Queremos que el teatro vuelva a tener una visibilidad altísima. Tenemos que llevarlo a que sea el teatro de la Argentina, que sea visto desde aquí y desde afuera como el lugar al que hay que venir para ver el mejor teatro. Mi aspiración es ésa” expresó el nuevo director. El Secretario de Cultura y Creatividad Enrique Avogadro tiró unas flores al calificar la transición como “inédita” y la sala estalló en aplausos para sus anteriores directores, Rubens Correa y Claudio Gallardou.
Tantanian no está solo, además de tener todo el aguante de los teatreros, se armó un equipo curadurial de primera: Ariel Farace, Carlos Gamerro, Gabriela Massuh, Oria Puppo y Rubén Szuchmacher se sientan a charlar e incubar cada proyecto; Farace mismo nos confesó estar agotado pero feliz de todo el laburo que vienen haciendo, es que verdaderamente no pararon un minuto desde el año pasado que empezó la joda.
Lo que se viene son palabras mayúsculas con un aire renovado que refleja al nuevo teatro que pisa cada vez más fuerte en la Cuidad de Buenos Aires. La temporada arrancó ayer con el reestreno del hit del año pasado Tarascones de Gonzalo Demaría, bajo la dirección de Ciro Zorzoli y cuatro bombas en escena. En marzo llega La terquedad de Rafael Spregelburd que se presenta por primera vez en el país, y que tiene un elenco para morirse de amor. Cabe destacar que tamaño dramaturgo/director como Mr. Spregelburd nunca había sido convocado por el Cervantes hasta el día de la fecha, ¿curioso no? Y la lista sigue con capos como Federico León, Romina Paula, Laura Paredes, Nacho Bartolone, Lisandro Rodríguez, Gustavo Tarrío, Emiliano Dionisi, Mariana Chaud, Ignacio Sánchez Mestre y Martín Joab. ¡Tranqui la programación!
Como si esto fuera poco, anunciaron movidas especiales como Integral Pavlovsky, única función el 4 de marzo, donde se van a leer todos los textos dramáticos de Eduardo “Tato” Pavlovsky en lugares atípicos del emblemático edificio de Córdoba y Libertad, “será una toma de todo el teatro: los espectadores conocerán lugares que no han conocido, como camarines y oficinas” destacó Tantanian. Curiosidad al margen: nunca se había llevado al querido Tato al Cervantes y será el puntapié inicial de la nueva gestión ¡enhorabuena!
Por otro lado, innovan con laboratorios de creación a cargo de Ricardo Bartís primero y Silvio Lang después. La idea es encarar un proceso de creación de al menos cuatro meses -que pueda extenderse hasta un año- y que no necesariamente devenga en una obra; libertad total para un creador como Bartís que nunca había pisado un teatro público por los cortos plazos que estos siempre proponían.
También se anunció un ciclo de conferencias performáticas Territorios en conflicto que arranca en abril y seguirá casi todo el año, “dedicadas a pensar ciertos territorios invisibilizados por los medios y por el poder”. Para hacer nidito en pleno invierno, se estrenarán dos obras de gran Copi, y para festejar la primavera, el Cervantes vuelve a ser sede del FIBA.
Como frutilla del postre, el Ministro de Cultura Pablo Avelluto anunció que finalmente los andamios que rodean al teatro van a ser removidos; al parecer ya han llamado a licitación y en los próximos días se adjudicará la obra. Todo lo que anunciaron pinta increíble, ahora solo deseamos que se haga realidad.
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