Breves líneas acerca del trabajo visto y hecho en el Porve 2015. También hubo talleres, hubo vino en la barra de arriba y mucha banda sonora en vivo.
Grupo A
El festival arrancó con Guacamole de Anabel Fasanelli. Tres chicas en una conversación de amigas, tan familiar para todos los presentes que ya parece extraña. De repente, las palabras se convierten en movimientos y repeticiones de ciertas conversaciones constantes sobre los vínculos, los sentimientos y lo femenino.
Siguió con Elegía del abandono de Daniela Regert. Adaptación y transgresión del cuento mítico Talpa de Juan Rulfo que en un pequeño espacio plantea la problemática de estar al borde de la muerte y la traición. Tres actores dan vida al cuento y con pocos elementos cuentan una historia llena de oscuridades.
La velada terminó con Emergencia del deseo de Belén Charpentier, una performance interactiva donde los presentes estaban convocados a hablar de sus deseos para el mundo. Entre pequeñas mesas y bancos hechos de cartón, los espectadores se convertían en productores de un debate interesante y motivante. Con la ayuda de una presentadora y un equipo técnico que recopilaba las ideas, se votaba la mejor para llevarla a cabo. Gran idea es la perfomance en sí, que refuerza la idea de que lo colectivo tiene mucho para dar.
Grupo B
Abrió con Rösa Börkman de Gastón Santos. Ambiente agitado, fragmentos de historias contados al megáfono. 2 actrices y 1 actor se visten de nieve y empieza la odisea de Rosa. Se va a la ciudad a probar suerte, la suerte es dudosa. Los actores se turnan para contarla, todos son perfiles de ella, y la acompañan a lo largo de su vida hasta el final. Todas sus partes, toda ella.
Siguió con Solo hay ligación si la complementariedad es exacta de Ignacio Torres. El escenario se convirtió en la habitación de un chico de 8 o 10 años. Hoy vino una chica a dormir. Algo le pasa y él quiere ayudarla. Los dos están inquietos, hablan un poco, cada uno su tema, pero al final se entienden. Bueno, en realidad es el principio. Faltan dos partes y ellos esta noche de ninguna manera van a dormirse.
Cerró Ningún coreógrafo fue dañado o maltratado durante el proceso de Elías Miguez. El título casi lo dice todo. Mientras los bailarines están entrenando se propone un juego. Primero parece dígalo con mímica pero no. Hay una búsqueda que está en proceso y las imágenes de “el proceso” aparecen repetitivamente. El clima se vuelve violento y frío, pero la vida sigue… los bailares ¿están bien? Alguien dice basta y sólo el título puede responder.
Grupo C
Arrancó con Dónde el sol de Noelia Lorena Ferrario, en pleno misterio. Hospital de pueblo lejos de la capital. Como es de esperar, los recursos no son exhaustivos y además rigen las leyes que rigen. Los enfermos y las enfermeras juegan a la lotería, los niños rebolotean en los alrededores. Algo no cierra, el nuevo médico va a investigar…
Luego ocurrió Si la memoria no me falla de Gonzalo Facundo López. Ocho viejos interpelados por el presente, por el pasado y por el porvenir. Han sido puestos a actuar y pasa de todo. Se mezclan las generaciones y el tiempo corre distinto. Intercalado con el documental filmado, ellos se escuchan a sí mismos y se genera un nuevo documental que transcurre en vivo y en directo. Bizarro, innovador y sobretodo muy emotivo.
Cerró la velada ALIENación de Nubecita Vargas. Donde se evidencia que el mundo del trabajo no es un ámbito estimulante, pero para nada. Aura está encerrada y cose peluches. Se siente su buena predisposición pero todo tiene un límite. Hoy es de noche y hay luna llena (tuvieron la amabilidad de contarle). Para el universo el límite no existe, así que la heroína viaja a otro planeta. Aquí también trabaja pero se vive distinto… ¿distinto o sólo cambia la forma de decir “peluche”?
Grupo D
Empezó en medio del mar, con Intento para dejar de naufragar de Camila Peralta. Las dos hermanas casi mellizas se preguntan si saldrán de este naufragio. Pero por qué no, si son sirenas… Cómo no, si no hay mar… Ya tienen ochenta y pico pero siguen y siguen viajando. Una es más ansiosa, pero la otra la tranquiliza y dice, qué importa si no conocemos el resultado, lo que importa es in-ten-tar.
Luego vimos las Escenas para un desmontaje amoroso de Juan Prada. Fotografías de los momentos más desbordados: los poderos y lujuriosos así como desastrosos y neuróticos. Dos parejas que develan un mundo corrompido y corrompiéndose. No se sabe quien es el verdadero amante de quien, pero a fin de cuentas el amor sostiene todo. Para ser contada e iluminada en fragmentos, tal como en las películas que lo inspiran.
Cerró el festival La pose de Marina Carrasco, de Blanca ante quienes la rodean. Se fue a la capital pero vuelve al pueblo. Trae trajes, amigas y morfi para la gran fiesta, la de su cumpleaños. Pero hay cosas que sería mejor no haberse traído. En su casa natal las cosas siguen masomenos como las dejó, con ligeras derivaciones. ¿Lo que no se fue de chico se puede ser de grande?
Los talleres, también todo sub 30:
Taller de técnica y estética de actuación: Un abordaje desde el psicodrama, por Ramiro y Sofía Guggiari; Taller de Proyectos escénicos por Paula Baró y Cristian Cutró; y Dirigir actores en la era del exhibicionismo compulsivo por Alfredo Staffolani y María Laura Santos.
Para más info y ampliación entrad acá: festivalelporvenir.com.ar
Qué agostito muchachos, gracias por el laburo y que siga. Nos vemos en la cartelera y en la vida.