Empanadas y vino. Butacas, bancos y almohadones. Jóvenes y viejos. Sobretodo mucha zapatilla y gente sonora (es que en el under todos hablan fuerte ¿Hay alguien que no sea una fucking joven promesa?). Pero mucha alegría. Y colores. Y una gloriosa falta de cohesión.
El Porvenir es un festival de directores Sub30 que se desarrolla en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde el año 2009. Su objetivo es generar un espacio de encuentro entre artistas emergentes de las artes escénicas, fomentando la visibilidad del circuito joven e independiente.
Piedra sentada, farsa civilizatoria de Ignacio Bartolone. PH: Santiago Wosh
Durante el mes de agosto, para aquellos que pensábamos que el mítico y vengativo under estaba en decadencia (bueno: las entradas para ir al teatro ya casi no bajan de los sesenta pesos y las salas cobran unos seguros ridículos a los elencos para poder actuar), he aquí El Porvenir. Por sólo treinta pesos, el espectador accede a una presentación de tres espectáculos, teniendo la posibilidad de conocer, en una sola jornada, a tres nuevos artistas (Jarabes bonsái work in progress del futuro de la cartelera independiente).
En esta cuarta edición, los temas y los estilos fueron tan discrepantes como siempre. Desde una parodia de películas independientes de ciencia ficción hechas por estudiantes (y aquí el tono rasca es infalible), hasta una exploración del extravío sexual, desde el sueño como instancia de revancha (una mujer despechada accede a vengarse de su ex cuando, durante la noche, el periodista que pronostica las catástrofes climáticas sale de su televisor para entrevistarla en clave de reality) hasta una farsa de la Conquista (unos indios se comen a un unitario y amanecen con eructos gringos: “Que viva el Reshtaurador”).
En fin, que en una atmósfera de exploración, artistas jóvenes acceden al espacio iniciático de encuentro con el público y sus colegas. El hallazgo de este año fue la creación de mesas debate, formadas por directores de ediciones anteriores que reflexionaron acerca de las problemáticas estéticas y de producción en el teatro independiente. Al Club Cultural Matienzo –sede histórica del festival– abrieron sus puertas el Club de Teatro Defensores de Bravard, Teatro del Perro y Abrancancha, todos miembros del colectivo ESCENA (Espacios Escénicos Autónomos), entidad que nuclea espacios independientes que lucharon por su habilitación. Todo muy compinche.
El Porvenir no tiene programador. Año tras año la agenda se renueva a partir de las recomendaciones de los directores participantes (como un árbol genealógico artístico que se va pasando la posta). Este año, el festival contó con la participación de Carolina Defossé, Joel Drut, Gael Policano Rossi, Macarena Albalustri, Juan Arena, Victoriano Arana, Cristian Cutró, Mariano Rapetti, Lucas Lagré, Nacho Bartolone, Inés Urdinez y Juan Pablo Galimberti ¿Qué es el arte hoy y acá? Una reunión de luciérnagas alrededor de un farol. Probando.
Por Ariel Gurevich y Paula Brasca