Una de las experiencias más enriquecedoras que vivimos en el FIBA fue Blind Cinema, una propuesta transnacional de la artista alemana Britt Hatzius, que reside y trabaja en Londres y Bruselas, y completa su obra con niños de cada ciudad donde se presenta.
Una cita a ciegas en el cine, con alumnos de la escuela de Villa Fátima. Al entrar nos otorgaban una venda y nos dispusimos sobre la sala dejando una fila de butacas para nuestros futuros comentaristas. La película comenzó con instrucciones y un blanco nos indicó que era momento de llevarnos la venda a los ojos. Oímos llegar a los niños, que se acomodaron detrás nuestro y nos pusieron al oído una suerte de embudo.
Por medio de susurros accedimos a una narración sobre la película que presenciamos, que podíamos oír pero no ver. La obra es distinta para todos, cada niño en su sensopercepción es distinto y particular en su manera de interpretar e hilvanar el relato. Así, cada uno tuvo una versión particular de esa proyección, que es una invitación preciosa a conectarse con la imaginación. Invita a conectarse con uno mismo, obliga a perder el control sobre lo que está pasando y lo deja en manos de los niños.
Los ojos cerrados y los oídos abiertos en el cine genera una ruptura ontológica, desde la esencia misma, y nos recuerda el placer de narrar. Placer de que nos cuenten un cuento, enorme placer para muchos de nosotros que el paso del tiempo nos arrebató. El relato se organiza, además, secuencia a secuencia, de una forma fragmentada que nos deja la intriga constante y no da otra alternativa que la entrega. Las voces infantiles, su inocencia y su magia nos embriagan de ternura mientras las imágenes como cosquillas pasan por nuestras mentes, asombradas, desconcertadas, curiosas.
Salimos con una mezcla de sensaciones y sobre todo con ganas de jugar, de que nos susurren otra película, con ganas de regalarle a alguien esa magia, de ser niños. En un contexto donde la hegemonía es del reino de lo visual y en el que los que detentan el poder son los adultos, la propuesta adquiere potencia política.
Ficha técnico artística
Dirección: Britt Hatzius
Autoría: Britt Hatzius
Dramaturgia: Ant Hampton
Film: Britt Hatzius, Simon Arazi, Boris Belay, Maxim
Diseño de producción: Britt Hatzius, Maria Koerkel, Gert Aertsen
Producción: Katja Timmerberg
Coproducción: Vooruit, Beursschouwburg, Bronks Theatre
Duración: 40’