Si tenés la suerte de poder darte una vuelta por Alemania antes que termine el año, no dejes de ver esta joya musical que solo se encuentra de aquél lado del gran charco.
La danza de los vampiros nació en el cine por el año 1967 de la mano del famoso Roman Polanski (Un dios salvaje, El pianista, Chinatown, etc). Es una parodia de las clásicas películas de vampiros y tuvo muchísimo éxito en la pantalla grande. Al parecer, Roman le guardó cariño a la pieza y en 1997 decidió reescribirla y presentarla como obra musical en Viena. Él mismo la dirigió y la nueva fórmula fue todo un suceso. Pronto se mudó a Alemania dónde permaneció en cartel por nada más y nada menos que 13 años. Pero, tarde o temprano, todo cumple su ciclo y en enero de 2013 llega el ocaso para este éxito europeo: la productora Stage Enterteinment anunció la despedida del espectáculo.
Si te estás preguntando por qué una obra tan exitosa no cruzó el Atlántico, la respuesta es que lo hizo, pero no en su forma original. Polanski no podía regresar a los EE.UU. por problemas con la justicia y dejó en manos de Jim Steinman (autor de la música) la dirección de la obra en Broadway. Éste dio a conocer sus diferencias con el cineasta y ordenó la re escritura de la obra a un libretista cómico, David Ives. El resultado, al parecer, fue una versión chabacana y obvia que significó un auténtico fracaso en la taquilla neoyorquina. Luego de esta traumática experiencia no se conocen otros intentos en el nuevo continente.
En resumen, después del próximo enero no habrá más danza de vampiros en el mundo del teatro, al menos con el estilo de Polanski.