Hoy viernes 4 de julio comienza el 31° Festival de Almada, en Portugal.
Su programa -que incluye 30 obras, portuguesas y extranjeras-, cuenta con un capítulo aparte para los teatristas de nuestra sede. Bajo el título de “O novíssimo teatro argentino”, se forja un ciclo para nuestro teatro más contemporáneo. Seis obras viajan:
En primer lugar, se presentará Impalpable. Es un melodrama de los 50, protagonizado por tres mujeres que buscan salir de lo cotidiano, y en vez de trascenderlo, se hunden en la quimera. Inspirado en el universo del escritor Manuel Puig, combina sus relatos y personajes, en una puesta cinematográfica para el teatro. La obra nos plantea el límite entre la ficción y la realidad, como una línea muy delgada posible de atravesar, y donde lo que más importa es el cómo se cuenta. Dirigida por Sergio Calvo e Ignacio De Santis, y en creación artística colectiva con las actrices (Malena Schnitzer y Elisa Bressán), el lunes 7 de julio.
Luego, el miércoles 9 de julio, El tiempo todo entero, de Romina Paula, nos sumerge en la visión de una chica joven, que no comprende eso de vivir para el afuera, que prefiere imaginarlo todo. Desde la seguridad de su casa, profundiza sus únicos vínculos: con su madre y su hermano. Cuando llega Maxi, el amigo, el pibe de barrio, “el candidato”, Antonia no tendrá más opción que encontrar en sus reflexiones, la forma de no perder su esencia, anclada en una ilusión que empieza a desmoronarse. Claramente inspirada en El zoo de cristal de Tennessee Williams, es una propuesta que atenta contra la percepción convencional del tiempo, lo descompone e investiga en todo su espesor.
Para el viernes 11 de julio, está programada una función de La verdad. La obra de Bernardo Cappa participa en el festival con esa capacidad de ficcionalizar y argentinizar todo. No es que nadie lo haga, claro, pero la “mentirita” es una señal clásica del folclore porteño. Justamente, ¿la obra no se llamaba “La verdad”? A la hora de problematizar los límites de la realidad, el autor no escatima ambigüedad para que juegue con lo velado y lo evidente, como posibilidad de manipular lo que queremos o no queremos saber. Además, una situación border (una pareja, “un amigo”, y dos misteriosos de traje, en mitad de la noche, alrededor de una carpa, al lado de la ruta), se suman al humor como principal actor que desencadena el juego teatral, tal vez, lo más verdadero.
Otra vez, de Romina Paula, la siguiente obra que se presenta es Fauna, el sábado 12 de julio. También hay diálogo con el cine, ya que son cuatro personajes que ensayan las escenas de una futura película. Una actriz y un director de cine, y los hijos de Fauna, la mujer que encarna el mito. La cuestión está en los puntos de vista, en cómo el ojo de la cámara recorta y elige, en la veracidad o no de las historias. En definitiva, es una investigación. Acerca de un personaje culto y salvaje, acerca de la posibilidad de representación, que en vez de protegerlos los expone y descompone, en el proceso de ficcionalización.
Para terminar una semana así de agitada, el domingo 13 de julio se presenta Sudado (sí, así se llama la obra). Transcurre en un restaurante peruano del Abasto, en remodelación. Un universo muy particular que pone sus propias reglas: en principio, revisar las reglas. Porque las relaciones humanas se conforman en lo cultural, en lo social y en lo afectivo, y no siempre son de igual a igual. El dueño se ha muerto, así que el hijo está a cargo de las reparaciones que no se habían terminado. Con los dos obreros, uno argentino y otro peruano, conforman un escenario puesto a revisar sobre las incomodidades de la vida cotidiana, sin ser, en absoluto, un mero retrato costumbrista. De Facundo Aquinos, Julián Cabrera, Belén Charpentier, Jorge Eiro, Facundo Livio Mejias y Paul Romero, en co producción.
Y por último, dentro de este ciclo, el festival programa para el 17 de julio, Alemania de Nacho Ciatti. Es un drama: un padre que vuelve a su hogar luego de casi veinte años. ¿Por qué lo recibe su familia? ¿Es todavía su familia? Si el regreso del hombre se concibe como una posibilidad de progreso, no cabe duda que el progreso incomoda. El paso del tiempo es irremediable, o casi. Sólo el juego, con sus contradicciones y sueños puede sobreponerse a él. O un plan en el que todos estén de acuerdo, aunque sea el de la venganza.
El marco del Festival de Almada supone el estreno en continente europeo de las obras de casi todos estos jóvenes creadores. Sumémosle la participación de Facundo Aquinos -actor de Sudado– como coordinador de un seminario de interpretación, y ya no quedarán dudas del festejo. El teatro sudamericano tiene mucho para contar.
Como todos los años, estará vertebrado por el homenaje, esta vez, al actor y director portugués, Luis Miguel Cintra. A él se le dedica una exposición biográfica y un ciclo de cine, producto de un extenso trabajo documental. Por su parte, estará a cargo de un ciclo de conversaciones alrededor de las problemáticas que atraviesan el trabajo teatral.
Lo acompaña una serie de encuentros y conferencias con los actores del festival, coordinado por la Asociación Portuguesa de Críticos de Teatro. Son gratuitos y sobre la explanada de la Escuela de António da Costa, donde también se acogerán algunos conciertos que precedan las actuaciones de la noche, para darle al evento, el clima festivo que se merece.
Super productivo y super divertido, una porción del teatro de hoy, hasta el viernes 18 de julio.
¡¡¡Muito boa viagem!!!